Triatlón Olímpico: experiencia positiva de vida
En el 1er Campeonato Nacional de Triatlón 09 en la Distancia Olímpica (1500mts de nado dos vueltas de 750mts, 40 km de ciclismo dividido en 8 vueltas de 5km y 10km corriendo equivalentes a 2 vueltas de 5Km), termine en el puesto No.6 en la categoría (30-39 años) y en el lugar 21 overall masculino. Me sentí muy bien en general, en la natación me relaje, esencial para lograr buena técnica, algunos de los factores en contra para este campeonato eran: dos semanas sin montar bici, el aro trasero se me rompió, conseguí el aro dos días antes del evento por lo que había perdido el entrenamiento del ciclismo, llegue tarde a la competencia, no pude estirarme. Lo que se me ocurrió en esas dos semanas, sin bicicleta fue mantenerme corriendo y nadando sin mucha intensidad, lo que no resultó como esperaba. Pues pague el precio, mi natación fue dentro de mis parámetros logrando 31.48 en los 1500 ms, unos cuantos tragos de agua en el camino, como a los 1000 mts de los trazos teníamos el sol de frente por lo que la boya no se veía en lo absoluto, por otro lado use el pateo en los últimos 200 mts, para ganar unos segundos y una posición lo que me resto fuerzas en la bici y sobre todo en la 1era Transición (2 minutasos), definitivamente un esfuerzo innecesario.
Saliendo del agua sentí un intento de calambre, lo que me sorprendió bastante, me concentre luego en soltar las piernas y mantener un ritmo que no pude conseguir sino hasta el km 20, ya que, intentaba seguir a otros ciclistas de mayor nivel y me costaba mucho dolor, mas esfuerzo sin resultados positivos, mas desgaste para la corrida. Decido mantener a un ritmo constante en la bici, me pareció bastante aburrido y cansón tantas vueltas, aparte de que había una brisa cuaresmal intensa de norte a sur, claro lo veía largo los 40km por la misma falta de práctica de las últimas dos semanas, no obstante había superado mi expectativas en ese momento ya que pensaba hacer 2:00:00 entre la natación y el ciclismo, logre 1:57:00.
Me meta era ante todo disfrutar del evento, del paisaje, de la salud que Dios me ha regalado llegar a la meta sin morirme, y para no durar una vida trataría de terminar en 3 horas. Cuando inicio la última etapa los 10km corriendo fue que sentí lo que es significa hacer un triatlón olímpico, ya tenía la experiencia en un distancia el doble de esta en el Medio IronMan Perú, sin embargo, la distancia olímpica es difícil, ya que, es relativamente largo (dos veces un sprint) y tan rápido como el Sprint, por lo que el ritmo a llevar es intenso. Mis piernas me pesaban como nunca, dolores en los cuádriceps, este recorrido fue extremadamente doloroso, se me acalambraba mi pie derecho, tenia arena en las zapatillas, un sol extenuante, pero una paz inmensa, un paisaje único de cuaresma, cielo azulado, mar amistoso. Compartía con un grupo de triatletas entregados al deporte, con gran ímpetu, entusiasmo, llenos de voluntad. Quiero aprovechar y felicitar a todos los participantes especialmente a los triatletas de Santiago, por su gran desempeño y preparación, el evento no fuese lo mismo sin Ustedes.
Logre los primeros 5km con un tiempo estimado bueno, pero faltaba lo mejor/peor, llegar a la meta y correr los 5km restantes, iba solo mirando el mar, los arboles, el cielo, dando Gracias a Dios por este día y por la salud, trataba de entretenerme, ya no me quedaba agua en las botellitas, con un hambre inmensa, sin gel, o sea que hice ese triatlón atento a agua y dos guineos (no puedo creerlo), pura fuerza física, metal y espiritual. Al no tener nada de alimentos en el estomago se me hizo interminable los últimos 2.5km, pero de alguna forma llegaría, ya había pasado por esos últimos metros 5 veces en la Avenida España, por lo que ya conocía esa asfalto encandecente. Suerte que a veces llegaba una brisita y el sol se ocultada unos segundos. Ya no me importaba tiempo, como tampoco lo que había mal pasado, solamente quería terminar este asunto una vez por todas. A pasito lento llegue a la meta en 3:19:00, un tiempo bueno según mis promedios. No puedo quejarme en lo absoluto, porque fueron dos semanas muy difíciles, con muchas complicaciones laborales, poco entrenamientos, gracias a Dios por mantenerme enfocado; no dude en hacerlo y sabía que todo saldría bien. LA FE MUEVE MONTAÑAS.
Otro evento para mi memoria y recuerdo, una experiencia positiva para mi vida. Gracias a todos lo que me apoyaron en este evento: Frederick, Elizabeth, Dioseles, mi esposa- hija y madre, Héctor, Eduardo, Robert, Guido, Thais, Muné, José Torres, Yarisel, Lucas, Helena, Santiago, a los espectadores, jueces y organizadores, Luis López. Fotos: Helena de Gaitan y Robert Nuñez.
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