Sentirse activo, energizado y de mejor ánimo es algo conocido por quienes se ejercitan de forma habitual. Aunque esto se atribuye a la acción de varias sustancias que se liberan a la sangre, no había evidencia de lo que sucedía a nivel cerebral. Ahora, expertos de la U. de Bonn, Alemania, usaron tecnología de punta para revelar en detalle los circuitos nerviosos responsables del estado de bienestar que sienten los deportistas.
Los especialistas explican que el estudio publicado por la revista Cerebral Cortex aclara también los distintos efectos del ejercicio en las personas. La diferencia es causada por las endorfinas, sustancias similares al opio, que se liberan a partir de los 30 minutos de estar haciendo actividad física. Si el ejercicio es leve a moderado, como andar en bicicleta, trotar una hora o hacer tai chi, la persona se relaja y tranquiliza. Por el contrario, si es intenso -como correr por dos horas-, se siente eufórica y en extremo activa porque, además, se liberan catecolaminas, que son las hormonas del estrés.
“En el deporte de alto rendimiento se ve con más frecuencia la euforia, ya que la persona queda alerta porque se ha sometido a más estrés. Por eso cuando se disputa un partido de fútbol de noche, los jugadores después no pueden dormir”, dice el kinesiólogo Marcelo Cano, subdirector académico de la Facultad de Medicina de la U. de Chile.
LAS EMOCIONES: En el estudio, dirigido por el doctor Henning Boecker, se reclutó a 10 corredores de maratón, a los que se realizó un escáner que mostró la actividad de las neuronas antes y después de correr dos horas. También aplicó un test para evaluar su ánimo antes y después de la actividad.
El trabajo demostró que al correr se liberan endorfinas que se unen a ciertas áreas del cerebro asociadas a las emociones, en particular las áreas límbica y prefrontal. “Al activarse el sistema límbico aumenta la iniciativa de la persona, mejora su estado de ánimo e, incluso, produce euforia. La corteza prefrontal, por su parte, está a cargo de funciones ejecutivas, la toma de decisiones importantes y las estrategias a seguir y ejecutar”, explica el doctor Ismael Mena, jefe de la Unidad de Medicina Nuclear de Clínica Las Condes.
Según los investigadores de Bonn, también hay un perfil propio de las personas, ya que algunas tienen más receptores para endorfinas y otras menos, lo que las hace más o menos sensibles a sus efectos. “Esto puede ser cambiado por el entrenamiento, ya que a más ejercicio y al haber más endorfinas los receptores tienden a disminuir para neutralizar los efectos. Es como los adictos que necesitan drogas más potentes para sentir su efecto”, dice Marcelo Cano.
EL DOLOR: Los científicos alemanes realizan otro estudio sobre la percepción del dolor en quienes realizan ejercicio intenso. “Hay casos de corredores que sufren fracturas e, incluso, infartos cardíacos y siguen corriendo”, dice el doctor Boecker.
“El dolor también depende de la focalización de la persona, ya que en ciertas actividades, como es el ejercicio intenso, se bloquea la información que no es vital y después de la ‘pichanga’ sienten el dolor o se dan cuenta de que tienen un hematoma”, dice Cano.
Confirmación tras décadasComo “impresionante” calificó el estudio de la U. de Bonn el doctor Solomon Snyder, profesor de neurociencia de la Universidad de Johns Hopkins y descubridor de las endorfinas en los años 70.
En su opinión, este trabajo obtuvo resultados que concuerdan completamente con lo que se conocía. Aunque se habían medido las endorfinas en la sangre y se sabía que aumentaban con el ejercicio, no se sabía si llegaban a influir en el sistema nervioso. Ahora las imágenes confirmaron que sí llegan al cerebro y qué circuitos nerviosos influyen.El doctor Ismael Mena, de Clínica Las Condes, reconoce que “fuera de este trabajo, no hay mucha literatura al respecto”. En su opinión se deberán hacer otros estudios para tener una comprensión cabal de estos mecanismos.
“Esta es la primera vez que alguien se lanzó a explorar esto. Se trata de un campo en que no existía evidencia”, afirma el profesor de neurociencias de la U. de Michigan, Huda Akil.
Más allá de este trabajo, otros estudios también han demostrado que actividades como tomar sol o comer chocolates pueden liberar endorfinas y producir placer, aunque nunca al nivel del ejercicio. Un trabajo con grandes aportes
El estudio que confirmó todo lo que se había teorizado respecto del efecto de las endorfinas en las personas, se hizo posible por las avanzadas tecnologías de imágenes que hay, como el escáner funcional o PET scan. Autor: Sebastían Urbina
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