Happy Finisher Lima 42k

A dos meses del Lima 42k, me decido a participar en este gran evento. Comienzo la preparación física, entrenamientos de piernas, abdominales, caminadora. A parte de bastantes horas de spinning a la semana. Por otro lado trabajando en la preparación mental. El día anterior al maratón se realiza la expo maratón, en donde entregan los números, los chips y los polos de la carrera, la adrenalina comienza a subir y a sentir sensaciones extrañas. Pues en la noche dejo todo preparado, desayuno a las 4.30 a.m. y salgo a las 5.15 en autobús. Un pana peruano Paolo, me indica en cual parada debo quedarme, pero cuando bajo era de noche aún y no sabía cómo llegar a la Salida, les pregunto a dos sujetos en la parada y me ignoran, luego por casualidad un maratonista (un ángel) se dirigía a la salida de la carrera y me llevo caminando unos 20 minutos. Llego a tiempo a la salida 6.30 a.m. y me preparo. El día amanecio con mucha humedad mas de un 90% y con una temperatura de 18 grados Celsius. La salida del  maratón fue a las 7.00 a.m., y comenzamos a correr como mi ritmo es lento me quedo atrás y consigo dos pacer por suerte, todo fluía muy bien ellos llevaban el paso y los seguía. Fui al maratón con un solo (gel)  el desayuno y dos guineos. Voy disfrutando me siento bien, siento que comienzo a sudar no obstante los 18 grados que hacen, en momentos me falta aire y siento el monoxido de carbono de los autos que cruzan por las calles de Lima, cruzamos parques verdes, avenidas, calles cruzes, vías, edificios, restaurantes, hoteles de lujo, cafes, me gusta el panorama. Cuando llegamos a la Costa Sur, se siente el cambio de clima ( aún más frio) y siento que los huesos me duelen. Vamos por el km 15, el clima de Lima me afecta bastante, ya que, llevamos una brisa helada en contra la mayoria del camino, que no me deja calentar bien, llegamos a los 21km un buen tiempo para mí el mejor de mi vida. Pero comienzo  a sentir mucho dolor en las rodillas, sentía que se me acababa el combustible y ya a los 23km mis pacer se van, no puedo seguir el ritmo que llevamos para terminar en 5hr 30 el maratón. Allí comenzó mi pesadilla je. El muro lo encontré no a los 30km sino a los 26. Mi pierna izquierda comenzaba a fallar, mucho dolor cada pisada y vienen miles de pensamientos a mi cabeza. En el km 28 me encuentro con un señor de 54 años Tomás y continuamos juntos. Varios jueces pasan a nuestro lado en vehículo y nos preguntan si queremos retirarnos y dijimos que no. Ya no quedaba nadie en la ruta se han retirado un grupo que iba detrás y otros que iban delante. Si encontramos en el camino hidratación y guineos en el camino pero no GELS que prometieron en el km 31. Cada km se hace infinito, km 34 estoy que no sé nada, como llegare, llegare? comienza la desesperación. Seguimos adelante km 38, quiero dejar de moverme, mucho dolor, cada pisada molesta, siento que piso vidrios, cuesta mover las piernas, cuádriceps tensos. Pensé en llorar, pero luego dije no, llegare hasta el final. Esos últimos 4.2km me parecieron una eternidad, utilizaba mi imaginación para saber que ya estábamos cerca. Ofrecí esos kilómetros a la EDUCACION DOMINICANA, mis hijos y esposa estaban en la meta esperándome, todos mis amigos y familiares que me dieron aliento antes del evento. Esto sería un ejemplo para mis hijos de por vida. Era un sueño completar un maratón luego de una lesión en el año 2006, que me costó 2 años de terapia. Había comenzado desde cero (0)km en el 2007 hasta completar 4 medios maratones  y dos (2) Ironman 70.3. Pero nunca  42km. La verdad me sorprendió lo demandante, lo difícil, lo duro de esta prueba. Al llegar a la meta con todo el dolor del mundo, pensé: “si lo hice, soy un maratonista” “el dolor es momentáneo, la satisfacción eterna el que no se arriesga no pierde ni gana”. LLegue cojiando si poder mover la pierna izquierda, registrando 6h 30 min. Es una prueba increíble, recorrer  la ciudad de Lima a pie, cruzar 5 distritos es emocionante. Mis respetos a todos los maratonistas del mundo. Gracias a Dios por darme esta gran oportunidad y a todos lo que me apoyaron. SI he terminado y aún tengo dolor en mi rodilla una semana después, y con felicidad lo soporto. Física y mentalmente me sentí muy preparado, no tuve calambres ni dolores musculares agudos, si me falto entrenar en pavimento y hacer fondos. Allí estuvo mi problema. Es una experiencia para entrenar mejor y terminar mejor el próximo evento (el medio maratón de Lima en agosto)

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